Está en nombre de todo el mundo. El Barça lo quiere y eso te pone en el disparadero de todo el mundo del fútbol. Pero él sigue a lo suyo. A jugar y a hacer jugar a los suyos.
Ante el Leicester, Philippe Coutinho se erigió en protagonista decisivo para dar el triunfo a los de Klopp. El brasileño primero fue el artífice del empate al enviar un pase picado que Salah llevó de cabeza a la red y, con la primera mitad agonizando, se inventó un misil a la escuadra que significó el 1-2.
No hubo más tantos, que sí ocasiones, pero el Liverpool consiguió dar la vuelta al marcador tras el gran cabezazo de Slimani y se llevó este Premier League Asian Trophy con todo merecimiento.
Un aviso de que esta temporada los 'reds' tienen el objetivo de luchar de nuevo por todos los títulos. Y una derrota dulce para un Leicester que, pese a terminar muy cansado, mostró buenas maneras.