'Dicen que nunca se rinde'... reza ese himno que ha interiorizado cada sevillista hasta convertirlo en parte de su piel. Y en el actual contexto que vive el Sevilla, el equipo parece empeñado en demostrarle a Berizzo que las historias de superación existen, que creer es poder y que la clave está precisamente en eso, en nunca rendirse. Ante el Villarreal volvieron a levantar un 2-0 adverso para llevarse un triunfo capital en la lucha por la quinta plaza.
El Villarreal fue mejor en muchos momentos, golpeó en el mentón hasta dos veces, pero se diluyó en dos minutos nefastos. Conceder a equipos como el Sevilla puede ser caro y en cuestión de minuto y medio había empezado un partido nuevo. De nada había servido el desgaste anterior, el dominio, la pegada... Bacca había desmontado a su gusto a la defensa sevillista y como prueba el 2-0 en el que retrató a Carole en una diagonal soberbia del colombiano.
El Sevilla parecía noqueado, pero se agarró al precipicio gracias a una jugada aislada a balón parado. Lenglet irrumpió en el segundo palo para rematar un centro de Banega y recordarle al equipo que no tocaba rendirse aún. Su inspirador abrazo con Berizzo dio paso al empate, apenas un minuto después. Disparo blandito del 'Mudo' y la palomita de Barbosa acabó con la foto que no esperaba, la del 2-2.
A Calleja se le había caído el equipo, cansado del esfuerzo europeo y golpeado por el arrebato sevillista. Las dinámicas habían cambiado y el Sevilla olía sangre en la Cerámica. Se reorganizó el Villarreal y buscó retomar el guión de su partido, pero los de Berizzo sólo tuvieron que seguir las huellas del martes.
Una contra de Mercado acabó con penalti y expulsión de Víctor Ruiz. Banega le puso la guinda al pastel y el Sevilla intentó dormir el partido hasta el final. El Villarreal no se podía creer lo que estaba pasando y para cuando se dio cuenta apenas le quedó tiempo para reaccionar.
Una chilena de Bakambu metió el susto en el cuerpo al Sevilla, que ya tiene el cuerpo hecho a los desfibriladores. En otra historia de superación, su equipo volvió a regalarle a Berizzo un ejemplo sobre el que pensar en su recuperación. Dicen que nunca se rinde. Liverpool y Villarreal pueden atestiguarlo.