El Anderlecht se quedó con el dinero de la victoria, pero no pudo arrebatarle la plaza de Europa League a un Celtic que jugó demasiado con el marcador. La ventaja del 0-3 conseguido en Bruselas resultó una losa muy pesada para los visitantes.
El Celtic se topó con un mal día en ataque y Rodgers decidió realizar dos cambios en el descanso para intentar reactivar a su equipo, superado hasta entonces por un buen Anderlecht.
El premio a la mejoría visitante llegó demasiado tarde, pues no hubo tiempo para presionar a un Celtic que supo manejar bien las rentas y la ansiedad del rival. El tanto de Simunovic en propia puerta con media hora por delante no tuvo respuesta ni ampliación.
El 0-1 no se movió del marcador hasta el pitido final, que permitió al Celtic celebrar el plan B de la Europa League, competición que históricamente no se le dio del todo mal.