"Depende del jugador que ustedes quieran", fue la repuesta de la CBF tras la pregunta del Barcelona. Responsables del Barça contactaron con Gilmar Rinaldi, coordinador de la federación brasileña, para coordinar las convocatorias de Neymar y de paso para conocer si valía la pena el fichaje de Paulinho.
Pero Rinaldi fue más allá. Le aseguró que no era la mejor opción si el Barça pretendía mantener su estilo de juego que ha triunfado estos últimos años con un centro del campo creativo. El club azulgrana, sorprendentemente, le respondió que no querían eso, sino más bien un jugador vertical que rompiera líneas.
"Entonces contraten a Paulinho", contestaron desde Brasil. Dicho y hecho. Meses después de aquella conversación, y con Neymar fuera del equipo, el Barcelona ha terminado pagando 40 millones de euros por el centrocampista defensivo.