La felicitación del Barcelona hace una semana fue escueta. Un simple "Felicidades al Real Madrid por el título de Liga 2016-17".
No estaba el ánimo para mucho más, pues se acababa de perder el campeonato a manos del eterno rival.
Uno esperaba que, tras la final de la Copa del Rey, el Real Madrid devolviese el gesto a su gran rival, y le felicitase por la consecución del trofeo copero.
Pero no ha ocurrido. Que cada uno saque sus propias consecuencias. Lo cierto es que ni el Barcelona lo ha celebrado a lo grande, pero eso no excusa la falta de caballerosidad mostrada.