No fue el debut soñado del Chelsea en el primer encuentro de la Premier. Stamford Bridge esperaba ver un buen partido de los suyos y terminó asistiendo a un espectáculo, sí, pero del rival.
El Burnley se hizo enorme para acallar a los 'blues' en tan sólo 20 minutos, lo que tardó en endosarle tres tantos al rival.
Comenzó la fiesta Vokes, que llegaría a conquistar el doblete con los suyos. En el minuto 24, el delantero enganchó prácticamente de rebote un buen centro de London, que terminó superando sin problemas a Courtois.
Ward se unió a la fiesta en el 39, tras un perfecto control con el pecho, enganchando el esférico de primeras y enviando un derechazo imparable dentro de la portería del Burnely.
El Chelsea, lejos de reaccionar, terminó hundiéndose más en su miseria cuando Vokes se adueñó del doblete a falta de dos minutos para el final del primer tiempo. La zaga 'blue' pecó de excesiva tranquilidad, especialmente David Luiz, que dejó completamente sólo a Voke para que rematara a placer de cabeza.
Debut con gol de Morata
El delantero español apareció en el minuto 59 de partido, tras las duras críticas hacia Conte por no apostar por el ex del Real Madrid desde el comienzo.
Pese a la derrota, fue el debut soñado para el español, que, diez minutos después de saltar al terreno de juego, ya celebraba su primer tanto en la Premier League, de cabeza, a pase de Willian.
Suya fue también la asistencia que dio paso al segundo gol del Chelsea. Con un buen cabezazo, le puso un perfecto balón al pie a David Luiz, que la enganchó de primeras para superar sin problemas a un Heaton espléndido durante todo el partido.
Rojas a pares
Sin duda, fue el partido de las cartulinas, cartulinas de todos los colores. Se vieron hasta ocho amarillas en los 90 minutos que duró el encuentro, pero lo más sorprendente fueron las dos expulsiones.
La primera, por roja directa, por una estúpida entrada de Cahill con los tacos por delante, cuando apenas habíamos llegado a los primeros quince minutos de partido.
En el 81, el español Fàbregas fue el siguiente en abandonar el terreno de juego, dejando a los suyos con nueve jugadores, tras otra entrada en la que los protagonistas fueron los tacos de sus botas.
Finalmente, primeros tres puntos para el Burnley y primera vergüenza para el Chelsea de un Conte que no gestionó bien el partido de su equipo, perdido durante más de la mitad del encuentro en el que es su propio templo.