Empezó la ida de la Repesca en el banquillo. Entró en el partido en el minuto 57 en sustitución de Ekdal, quien cayó lesionado.
Era sólo su duodécimo partido como internacional, desde que debutase contra Corea del Norte en 2013, aunque no jugó su primer partido oficial hasta el año pasado, contra Francia.
Sin apenas calentar, saltó al campo. Y tardó cuatro minutos en marcar un gol que ha resultado ser histórico para la Selección Sueca. Enganchó un balón en la frontal y con un poco de ayuda de De Rossi, su disparo se coló en las redes de Buffon.
Con ese gol, Suecia comenzó a creer que la clasificación para Rusia 2018 era posible. Y por ello, y por la lesión de Ekdal, Johansson fue titular en la vuelta, en San Siro.
Pero hoy la fortuna no le sonrió. Tras 19 minutos de partido, un mal gesto le dejó en el suelo gritando de dolor. Se agarraba su rodilla. Algo iba mal.
Mateu Lahoz pidió la entrada de las asistencias. Las caras de sus compañeros de selección lo decían todo. Pintaba feo. Jakob Johansson fue retirado en camilla, con la cara descompuesta.
El que fuera el héroe de Solna se rompió el cruzado de su rodilla izquierda por intentar llegar a un balón suelto. Seis meses de lesión con el Mundial a siete. Malas noticias para Suecia, y para su club, el AEK de Atenas.