Nos ponemos en situación. El Estoril vs. Oporto marchaba 1-0 justo cuando entró el descanso. En ese momento, las cámaras de televisión captaron las imágenes de varias grietas en la parte alta del estadio.
El árbitro conoció el hecho y el partido se paró. Los jugadores aguardaban en el túnel de vestuarios esperando una decisión y no salieron al césped más porque finalmente se suspendió de forma definitiva.
Toda la culpa la tenía un terremoto de 4,9 grados en la escala Richter que provocó los daños en el estadio. Lo peor de todo es que el Estoril puede acabar perdiendo el partido si la Liga toma medidas.
Y es que en el reglamento de la competición queda estipulado lo siguiente: "Si en un estadio no se dan las condiciones favorables para la disputa de un partido, el club local podría acabar perdiendo el mismo.