Con vistas a un carrusel de cambios en la segunda mitad, Montella dejó fuera del once a pesos pesados como Kessié y Donnarumma. Pero hizo saltar al campo a una plantilla de muchas garantías capitaneada por Bonucci.
Y, ante el calor que brindaban los 'tifosi' en San Siro, el Milan salió con una intensidad muy mayor a la del Betis, pero una buena actuación de Feddal y la solidez que mostró Dani Giménez durante todo el partido evitaron que el cuadro 'rossonero' marcara en los primeros compases de juego.
El partido del VAR
Sin embargo, poco pudo hacer la defensa ante un balón colgado con maestría de Çalhanoglu que, tras rozar André Silva, mandó Antonelli a la red. El Betis reclamó fuera de juego y el árbitro recurrió a un VAR que le dio la razón a los de Setién.
Tras el amago de gol, el conjunto verdiblanco cambió la intensidad y llegó a igualar fuerzas ante los italianos en algunas etapas del choque. Eso sí, el descanso llegó sin goles. La emoción se guardó para el final.
20 minutos tardó Fabián en abrir la lata tras el paso por vestuario. El gol, que le metía prisas al Milan, fue pronto contrarrestado por André Silva, que llevó el 1-1 al marcador. El equipo 'rossonero' se vino arriba para tratar de conseguir la victoria y el Betis, que tenía poco que perder pero mucho que ganar, también.
Y la insistencia verdiblanca tuvo premio. Habiéndose llegado al minuto 90, Sanabria cayó en la frontal. Joaquín tiró de galones y ejecutó una falta que se antojaba peligrosa y acabó en línea de fondo tras una buena intervención de Donnaruma.
Pero el balón, antes de ser despejado por el talentoso guardameta italiano, rebotó en el codo de uno de los jugadores que formaban la barrera. El árbitro recibió el 'chivatazo' por parte de los operarios del VAR y decretó penalti. Pena máxima para un Milan que vio cómo Sanabria le ajusticiaba en su propia casa.