"No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre", rezaba el machista 'Llanto de Boabdil'. Y parece ser que, en pleno siglo XXI, las cosas no han cambiado mucho. Estados Unidos podría solicitar la repetición de un partido en el que ni tan siquiera jugaban con tal de poder verse en Rusia 2018. Les bastaba con empatar en Trinidad y Tobago, pero no fueron capaces y ahora miran a otro partido.
El combinado nortemaericano protesta la polémica acción del 1-1 en el Panamá-Costa Rica, producida después de un remate con la mano de Gabriel Torres que ni tan siquiera atravesó un poco la línea de gol. No hablan, en cambio, del penalti que dio lugar a esa acción. El jugador panameño cayó derribado por Francisco Calvo y, por ello, no pudo rematar con todo a favor para hacer el empate.
En los últimos compases del choque llegaría el histórico 2-1 de Panamá y rápidamente las voces críticas recordaron partidos similares como el de 'la mano de Henry' o el Sudáfrica-Senegal de clasificación para este mismo Mundial.
Pero parece que toda queja será estéril, sobre todo teniendo en cuenta el derribo de Calvo en la misma acción, que también se puede observar en la repetición de la jugada. Si el partido hubiera estado regulado por VAR, la acción hubiera acabado en penalti y el resultado, probablemente, hubiera sido el mismo.
Unas protestas que no conseguirán aplacar el ridículo de la eliminación estadounidense, un país de más de 300 millones de habitantes, a manos de dos países de 4 y 9 millones.
77' La jugada que les dio el empate a los canaleros. Panamá 1-1 Costa Rica pic.twitter.com/5sJAfKMBh3
— @CdDeportiva_gt (@CdDeportiva_gt) 11 de octubre de 2017