Los tres empates y una única victoria, que no sirvió para nada, a domicilio la temporada pasada en Europa no fueron casualidad. El equipo de Calleja suele mostrar una cara bastante apática en sus salidas internacionales y el partido de este jueves en Israel no fue una excepción.
Si bien dominó el partido a partir de la primera hora, el conjunto castellonense debe dar por bueno el punto cosechado en Israel. Tuvo más presencia, disfrutó de ocasiones (Castillejo mandó el balón al palo rozando el final), pero no hizo los méritos suficientes para ganar.
Y es que, ofreciendo mucho menos, el Maccabi consiguió el mismo premio. El equipo israelí actuó con orden, solidez y, sobre todo, poderío al contraataque. Quizá eso fue lo que hizo que el Villarreal echara el freno y no buscara el gol a la desesperada.
Pólvora mojada
Pero si el gol no llegó, no fue por falta de intentos. En líneas generales, el Villarreal cuajó un partido bueno, pero no hizo lo suficiente para llevarse los tres puntos. Europa está bastante cara. Necesita más fútbol el cuadro amarillo si quiere hacer algo importante a nivel internacional.
Calleja deberá exigir mucho más. Este 'submarino amarillo' tiene plantilla para dejar mejores impresiones. Bakambu y Bacca formaron la dupla titular y se asociaron bien, pero de manera irregular. Conectaron y desconectaron al mismo ritmo.
Cambió bastante el partido la entrada al campo de Samu Castillejo. El malagueño revolucionó el frente de ataque y pudo lograr el gol de la victoria cuando el partido agonizaba, pero el palo lo impidió. Trigueros también estuvo a un buen nivel, pero el partido requería más.
Aunque para consuelo del Villarreal, todo sigue igual. Los otros dos equipos del grupo (Astana y Slavia de Praga) empataron a 1, por lo que el 'submarino amarillo' continúa líder, empatado a puntos con el propio Slavia.