De Luis Aragonés a Griezmann. Del primer gol del Calderón al primero del Wanda. De una leyenda a uno que busca serlo. Marcó un gol histórico el mejor jugador que había en el campo. Griezmann tenía que ser.
El Atlético de Madrid ganó fiel a su relato. Sudando, sufriendo, chirriando dientes. "Qué manera de sufrir", cantaba Sabina. Del gol de Griezmann a la mano de Oblak. El esloveno evitó un empate que el Málaga llegó a merecer.
Porque de 'pupas' habla el Atlético, pero el Málaga no ha jugado finales de Champions, no ha ganado Ligas ni Copas. Su único título es una Intertoto. Hasta bien entrados los años 90 su historia la escribieron descensos y ascensos. El Atlético tiene a Sabina. Al Málaga le canta Chandé.
El conjunto costasoleño sí tiene tragedias que lamentar como se va de Madrid llorando la ocasión de Bastón, las contras abortadas en la frontal, ese disparo de Rolan que el gigante esloveno mandó al limbo.
El Málaga pagó sus pecados y el Atlético ganó en una ráfaga de calidad. Si además Míchel, quien acertó dando entrada a Rolón pero luego no fue capaz de reestructurar a su equipo (imcomprensibles 90 minutos de Adrián), da facilidades a Simeone, el camino hacia el triunfo se pone aún más empinado.
El Málaga no metió las que tuvo y el Atlético, sí. Por ahí se explica el triunfo. Hasta la hora del choque, el Wanda asistió a un partido de frontón: el Atleti estrellándose una y otra vez contra la bien plantada muralla blanquiazul del Málaga. El primer disparo a puerta del Atlético fue en el 45, un disparo lejano y manso de Correa que recogió Roberto sin problemas.
Un chispazo de calidad
Carrasco animó el ataque rojiblanco en la segunda mitad y el Málaga dio un paso atrás. No llegó el gol por avasallamiento, no obstante. Correa mareó a Ricca por la derecha y Griezmann, el más listo de la clase, se adelantó a los centrales.
Ante la impericia de Míchel, el Atlético se limitó a dejar correr los minutos con el peligro latente de un empate. Reaccionó Míchel al final dando entrada a Juanpi y Rolan. La velocidad de este último dio esperanza al malaguismo.
El Atleti, quizá nervioso por el estreno, no terminó de volcarse sobre los dominios de Roberto y esto dio cancha a un Málaga ya partido sin Rolón y con Adrián. Rolan tuvo la última, pero Oblak evitó el empate. El grito de Griezmann fue el de un Wanda que ya ha sumado sus tres primeros puntos.