Y es que, justo al dar por concluida la entrevista, Ginola le pidió al 'crack' que saliera a la terraza para darle la última sorpresa. "Esto es algo que casi nunca se hace y hoy se hará por ti", le dijo.
A los segundos de escuchar estas palabras, Cristiano vio cómo la Torre Eiffel empezó a iluminarse con luces parpadeantes azules. En ese momento, le invitaron a coger su quinto Balón de Oro para fotografiarse justo delante de la torre.
"Muchas gracias por esto. Ha sido emocionante, de verdad. Estoy muy agradecido", fueron las últimas palabras que Cristiano le dijo a Ginola antes de posar con el título que le acredita, por quinta vez consecutiva, como mejor jugador del mundo.