El gol de Óscar Trejo vino precedido de una pérdida de balón de Abel Ruiz, la gran perla del Barça B. Tres minutos más tarde, en el cartelón de los cambios se vio su número. Entró Jesús Alfaro en su lugar.
¿Qué pasaría por su cabeza? Lo primero, que sin duda Gerard le señaló como el culpable de la derrota. Si no, no se explica que con quince minutos de juego quites a tu delantero centro por un extremo con sólo 4 partidos esta temporada, sólo uno como titular, sin goles en su cuenta.
Una vez sentado en la banca, empezó a rumiar esta idea, y terminó rompiendo a llorar. A sus 17 años nunca se había visto en una situación similar. Gerard demostró muy poco tacto.