La escasez de éxitos con Argentina es el único estigma reprochable que puede tener sentido contra Leo Messi. El delantero argentino lo ha ganado todo a nivel del clubes y sólo le queda pendiente la espinita de la Selección.
Lo ha acariciado en tres finales, pero entre Chile y Alemania frustraron al barcelonista, bien en los penaltis o en la prórroga. Tres mazazos de los que intentará levantarse el próximo año en Rusia.
Ese particular techo que tiene con su Selección se ha convertido en su talón de aquiles a la hora de convivir con la fama en su país. La tierra que parió a Maradona, no entiende que el mejor jugador del mundo, quizá de la historia, no consiga llevarles a lo más alto como hiciera 'El Pelusa' en el 86.
Es ahí donde Messi pierde las comparaciones con Maradona, cuya obra en México le encumbró para la eternidad. Aun así, es curioso que al argentino nunca se le recriminara la falta de títulos importantes a nivel de clubes.
Ni la Champions, ni la Libertadores pasaron por sus manos. Los dos Scudettos y la UEFA conquistados con el Nápoles fueron la obra cumbre de un jugador mágico que nunca logró alcanzar las cotas más altas con sus clubes, ni en Sudamérica, ni en Europa.
Mientras a Messi se le maltrata por su desgraciado palmarés con Argentina, pese a contar con la friolera de cuatro Champions League, a Maradona nadie le ha reclamado en su constante comparación con Messi que no conquistara ninguno de los títulos importantes con sus respectivos clubes.