El Barcelona de Louis van Gaal se encontraba a nueve puntos del Mallorca de Héctor Cúper en la Jornada 14 del campeonato 1998-99. Y terminó ganando la Liga.
Son nueve puntos y una jornada menos que los que separan a Barcelona y Atleti y Madrid. Porque tras el empate en el derbi, rojiblancos y 'merengues' están a una decena de puntos de su gran rival por el título, con el permiso del sorprendente Valencia, claro, el único que parece capaz de seguir el ritmo al Barça.
El Madrid estuvo a punto de remontar 12 puntos hace dos temporadas (se quedaron a un punto del milagro), y lograron salvar la friolera de 8 en la 2002, cuando peleaban con la Real Sociedad por el título liguero.
Sin embargo, toca ser realista. Desde hace unos diez años, las Ligas se ganan por aplastamiento. Las gana el que menos falla. Y Barcelona y Madrid nos han malacostumbrado a que nunca fallan.
Hace veinte años, o quince, como en el caso blanco, toda salida de tu estadio era un riesgo, como bien ha descubierto el Madrid en Girona recientemente contra todo pronóstico.
Y este Barcelona, aunque a algunos les aburra su juego, está a años luz de aquel Mallorca de Cúper o de la Real de Raynald Denoueix. Por tanto, el reto es doble: remontar lo irremontable, y hacerlo contra un equipo aparentemente infalible.