La gente que pasaba por el comercio se paraba a fotografiarse con los tres futbolistas. Tanto Asensio, Nacho y Casemiro asustaban a las personas diciéndoles alguna que otra cosa, ya que no se lo esperaban.
Un escaparate lleno de magia que arrancó la sonrisa a multitud de viandantes. Algunos se echaron las manos a la cabeza porque no se lo creían, y es que estaban hablando con los podrían ser sus ídolos.