El padre del Barça actual, fallecido en marzo de 2016, se estrenó como azulgrana en partido oficial el 28 de octubre de 1973, ante el Granada en el Camp Nou.
Cruyff fue el gran fichaje del Barcelona para la temporada 1973-74, quitándole al holandés al Real Madrid y contrariando a la directiva del Ajax, que ya tenía avanzadas las negociaciones con los blancos.
Sin embargo, la cifra récord de 60 millones de pesetas (360.607 euros) que pagaron los azulgrana y el deseo de Cruyff, propiciaron el cambio de idea tras muchas negociaciones.
Aunque el fichaje se cerró oficialmente el día 13 de agosto de 1973, la federación holandesa retrasó el transfer de la operación y Cruyff no pudo debutar hasta octubre. Para entonces, ya se habían jugado siete jornadas de LaLiga, que tenía 34.
No había empezado bien el Barça, ya que había cosechado tres derrotas y dos empates, incluido un 0-0 en casa ante el Real Madrid. Sólo venció al Espanyol (3-0).
La afición esperaba a Cruyff como agua de mayo y éste no decepcionó. El Barcelona venció al Granada por 4-0 con un Cruyff que marcó dos de los cuatro goles, el segundo y el último.
Fue el principio de un Barça renacido. Cruyff llevó al barcelonismo a la cima, dándole un título de Liga que se resistía desde la temporada 1959-60. Además, le dio al equipo un fútbol talentoso con un estilo más moderno y, sobre todo, valiente.
Pero no sólo como jugador Cruyff dejó un sello inconfundible en el Barcelona, sino que le dio a los 'culés' un legado aún mayor como entrenador. Dejó en el Barcelona un sello inconfundible, un método de jugar al fútbol que marcó un antes y un después.