El uruguayo es el indiscutible goleador de este Girona. Suyos son casi todos los goles que marca su equipo, y en el partido de hoy no fue menos.
Eso sí, hasta su gol, el Girona lo pasó rematadamente mal. Porque la Real Sociedad, sobre todo en la primera parte, fue muy superior a su rival.
Eusebio había estudiado bien a este correoso equipo que es el Girona, un debutante en Primera con hechuras de veterano. Un equipo capaz de empatar en casa ante el Atleti y de ganar al Madrid. Casi nada.
La Real sabía que no sería nada fácil, y le planteó un partido muy completo a su rival. Intentó controlar el partido, pero la presión asfixiante del Girona obligó a renunciar al fútbol de toque y pasar a uno más directo.
Y así llegó el gol 'txuri urdin'. Contragolpe de la Real, balón largo para Willian José y el delantero brasileño dejó por los suelos a Bernardo con un quiebro en seco para batir de disparo cruzado a media altura a Bono.
El tanto dejó muy tocado al Girona. No se lo esperaba y la Real tuvo varias opciones para ampliar la ventaja antes del descanso, pero el marcador no se movió.
Lo que ocurrió fue que a Iglesias Villanueva se le calentó el bolsillo y empezó a repartir amarillas a discreción. Todas merecidas, al menos si nos atenemos al criterio mostrado al enseñar la primera.
Porque castigó cada codazo o amago de codazo con amonestación. Dejó claro a todos que no iba a pasar una, y así nos fuimos al descanso, con tres gerundenses amonestados y uno de la Real.
El Girona debía reaccionar si quería sacar algo de este partido. Y Machín dio con la tecla al descanso. El Girona fue otro tras el cuarto de hora de intermedio. La Real pronto lo sintió.
Empezó de dejar de mover tan a gusto el balón como en la primera parte, pero eso no evitó que los de Eusebio tuvieran un par de ocasiones clarísimas al contragolpe, desbaratadas por la zaga rojiblanca o por un inmenso Bono.
Sin embargo, conforme nos fuimos acercando a la hora de partido, la Real se desinfló, y el Girona creció. Rulli salvó una clarísima de un más que inspirado Portu, pero nada pudo hacer dos minutos más tarde.
La jugada la empezó el propio Portu, con un control en el que los jugadores contrarios reclamaron mano. Pared con Maffeo y centro desde la línea de fondo al segundo palo para el testarazo salvador de Stuani.
Un gol que, como hemos dicho, la Real protestó mucho, porque a la posible mano de Portu en el primer control hay que sumarle la pugna en el salto de Stuani con Odriozola. Los de Eusebio se quejaron a Iglesias Villanueva de que el uruguayo se apoyó en su compañero para saltar.
Sea como fuere, el tanto subió al marcador, y entonces el partido se rompió un poco. Brillaron especialmente Januzaj y Portu, imparable éste hoy para Zurutuza y su sustituto, Zubeldía.
Pero el electrónico de Montilivi no se movió más. Januzaj tuvo dos clarísimas antes de marcharse cariacontecido al banquillo, y Portu tuvo su momento de gloria con un caño apoteósico a todo un pivote como Illarramendi.
Sin tiempo para más, en el 92' se pitó el final, y lo que tres cuarto de hora antes parecían ser tres puntos que la Real se llevaría fácilmente de Montilivi, resultaron ser uno para cada equipo. Justo, porque cada conjunto fue dominador de una parte.