Tras la dura derrota que sufrió su equipo ante el City, Zidane sólo tenía un objetivo en su cabeza: defender a los suyos. En esa dirección habló sobre la 'bbc' y afirmó que ojalá puedan quedarse este año.
Sin embargo, una pregunta trastocó los planes del francés. No, no se trataba de la goleada que Guardiola acababa de infringirle, ni siquiera de Bale o Benzema. El precio de Mbappé fue el tema a tratar.
Zidane prefirió esquivar cuestiones delicadas como esa. O mejor dicho, especialmente esa. Sabe que las negociaciones en estos casos son de cristal y las palabras deben medirse con exactitud máxima.
"Soy entrenador, eso tienes que hablarlo con otros. Aquí estamos trabajando y de momento no ha pasado nada. Vamos a ver qué va a pasar", dijo sin 'mojarse'.