Decía Buffon en la previa del Tottenham-Juventus que Harry Kane le recordaba a Batistuta y alababa al delantero inglés hasta el punto de colocarle entre los mejores de las últimas dos décadas. Sin embargo, si alguien se pareció a Batistuta en la vuelta de los octavos de final de Champions League fue su compañero de equipo Gonzalo Higuaín.
El delantero de la 'Albiceleste' se doctoró en un campo reservado a los más grandes y borró de un plumazo el sambenito de que falla en las grandes citas. Lo que hizo ante el Tottenham es lo que se espera de un delantero que costó 90 millones de euros y que hace no mucho estaba considerado uno de los mejores del planeta.
Salvó a un equipo moribundo con dos acciones de genio. Si bien la primera se podía esperar, un remate de cazagoles en área pequeña, la segunda destapó las esencias de un jugador al que se le ha criticado por 'tronco'. Higuaín supo ver un desmarque de Dybala y, con un pase que hubiera firmado el mismísimo Pirlo, acabó dándole la gloria a los italianos.
Justo cuando las acciones de Benzema pierden varios enteros, su ex rival por la delantera blanca saca pecho y pone a su actual equipo, un grande de siempre, en los cuartos de final. ¿Habrá revancha por la final de Cardiff en cuartos entre el pistolero argentino y el que le apartó de la titularidad en Chamartín?