El Barcelona sudó tinta para colarse en la final de la Copa del Rey de la temporada 2016-17 después de una eliminatoria ante el Atlético de Madrid que tuvo de todo y que acabó con el uruguayo encaminando el túnel de vestuarios.
Tras el 1-2 de la ida en el Calderón, el choque del Camp Nou fue una auténtica batalla en la que hubo polémica, penaltis fallados y hasta tres expulsiones. Luis Suárez, que ya había hecho el 0-1 en la ida, también abrió el marcador en la vuelta, pero Gameiro dejó el encuentro al borde de la prórroga con un gol en el 83 cuando ambos equipos se encontraban con diez por la doble amarilla a Sergi Roberto y Carrasco.
En el tiempo añadido, Luis Suárez cometió una estupidez y Gil Manzano no lo dudó y le mostró la segunda amarilla, dejándole sin la final ante el Alavés.
Se da la circunstancia de que la mala suerte del uruguayo en Copa no sólo se ciñe a ese partido. En la final de la temporada 2015-16, ante el Sevilla, el delantero se lesionó en la segunda parte y tuvo que ver desde el banquillo cómo los suyos se alzaban con el título tras los goles de Jordi Alba y Neymar.
De vuelta a esta eliminatoria ante el Valencia, Luis Suárez está apercibido después de las dos amonestaciones que vio en la ida y la vuelta ante el Espanyol. El 'charrúa' ya esquivó la amarilla en la ida, pero se la juega en la vuelta de Mestalla, que presionará al máximo y tratará de aprovechar esta situación en beneficio de su equipo.
Otro que tendrá que andarse con mucho cuidado en el conjunto azulgrana es Jordi Alba, que también está apercibido y podría ver una hipotética final desde la grada.