Eden Hazard, uno de los jugadores más destacados del choque, fue el elegido por el técnico italiano para abandonar el terreno de juego cuando ya el partido no daba para más. Pedro se colocó en la banda esperando la orden del cuarto árbitro y cuando se paró el juego, la grada se fundió en una ovación atronadora.
Antes de que Hazard se hubiera marchado, la afición ya había comenzado a darle la bienvenida al que fuera jugador 'culé' durante los primeros años de su carrera. Los aplausos acompasaron a la perfección el coro al unísono de su nombre.
"Peeedro, Peeedro", fue el grito que retumbó por las cuatro esquinas del feudo azulgrana. El propio jugador devolvió parte de ese cariño con varios aplausos mirando hacia la grada. Ahora viste otros colores, pero para el Camp Nou sigue siendo azulgrana.