Todo empezó en el minuto 29. Con Loren recibiendo un balón en la frontal, algunos focos del campo fallaron y el colegiado tuvo que detener el partido, por lo que la posesión del Betis acabó sin crear peligro. Eso sí, el apagón duró muy poco.
Cinco minutos después, unos segundos más tarde del gol de Junior con el que se abrió el marcador, el Villamarín volvió a quedarse a oscuras a causa de otro apagón. Esta vez tardó más en volver la normalidad.
¡Pequeño apagón en el Benito Villamarín! ¡Se vuelve a jugar el partido sin problemas!
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Para cerrar una primera mitad surrealista, a dos minutos del final, con el Betis a punto de ejecutar un balón parado, saltaron varios aspersores que empezaron a regar un césped mojado por la lluvia en Sevilla. La cara de Setién, de incredulidad, lo decía todo.
¡Se encienden los aspersores con el partido en juego!
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