En agosto, el Madrid multicampeón batía a un triste Barcelona en la Supercopa de España. Lo hacía, además, con buen juego, el bien 'culé' más preciado. El Madrid afrontaba el futuro con optimismo. El Barça, ya sin Neymar, avistaba un horizonte sombrío.
El caso es que este deporte es un estado de ánimo que depende de que entre o no la pelota. Quizá ése sea su éxito, bien lo cuenta Enric González en cada columna recogida su afamado 'Historias del Calcio'. Ernesto Valverde se puso a diseñar y Leo Messi, a ejecutar. El objetivo era no encajar goles y que el argentino inventase los del Barça. Salió bien y con la disputa de partidos se sumaron efectivos a la causa: Luis Suárez, Jordi Alba, Semedo... y Paulinho. De ser un paria por su precio al centrocampista más goleador de Europa.
El club catalán no se ha librado de la vigilancia en estos meses después de que Ousmane Dembélé costara un pastizal y de las tristes excusas de los directivos y Josep Maria Bartomeu por la planificación deportiva. Se dijo que Neymar se quedaba al 200% y marchó a París días después. Y de Coutinho y Di María, que habían sido sondeados, ni rastro. Ahora el brasileño ha llegado al Camp Nou. Aun con retraso y tras 160 millones, pero el Barça amplía su arsenal.
Lejos quedan las sonrisas veraniegas del Madrid. Fichó a Theo, Ceballos, regresaron Llorente y Vallejo. Savia nueva para una plantilla exitosa que había logrado dos Champions seguidas. Se marcharon James y Morata, pero el aparato mediático no le dio demasiada importancia porque no eran titulares fijos.
Casi medio año después, Zinedine Zidane ha confirmado que encontrar variantes en su equipo es su tarea pendiente. Le cuesta hacer cambios y no confía demasiado en su plan B. Y paralelamente, Cristiano Ronaldo y Benzema están a años luz de sus respectivas mejores versiones. Pese a sus lesiones, se salva Gareth Bale, que suele marcar o asistir en lo poco que juega.
Por si fuera poco, y esto es lo que enciende en el Bernabéu, el técnico sigue manteniendo que no quiere fichajes. Por defender a los suyos parece no atacar los problemas a corto plazo. La victoria en el Mundial de Clubes es maquillaje en un primer tramo de campaña deficiente.
Tras el 0-3 en el Bernabéu y antes de que acabe la primera vuelta, el Barcelona le saca 16 puntos al Madrid (éste tiene un partido menos). En Champions, el conjunto blanco pasó segundo y se mide en octavos a Neymar, Mbappé, Cavani y compañía. Terrorífico. Los azulgrana fueron primeros con suficiencia y esperan con confianza a un Chelsea que ha ofrecido síntomas de debilidad. Lo que cambia la vida en medio año.