Irán ha quedado encuadrada en el grupo B junto a selecciones muy potentes como Portugal y España, y otro de menor nivel como es Marruecos. El enfrentamiento ante España es un aliciente más para Masoud en su lucha por estar en el Mundial el próximo junio.
Hace cinco meses, el internacional iraní fue considerado como un traidor por su propio gobierno. Todo ocurrió por un partido que Masoud debía disputar con su equipo, el Panionios de Atenas, ante el Maccabi Tel Aviv, en la Europa League.
El gobierno iraní advirtió al futbolista de que jugar ante el equipo israelí supondría el reconocimiento de dicho estado y, por tanto, la traición a los principios de la revolución islámica.
Ante tal situación, Masoud pidió a su entrenador que lo liberase de disputar el partido. Sin embargo, el entrenador aludió al cumplimiento del contrato como profesional y las represalias derivadas del incumplimiento de este.
Tanto Masoud, como su compañero iraní Ehsan Hajisafi, se vieron entre la espada y la pared. Si incumplían su contrato, podían ser sancionados incluso por la UEFA; si accedían a jugar, serían considerados traidores por su propio país.
El Panionios griego se jugaba el ingreso de varios millones de euros en concepto clasificación para la siguiente ronda, y éste hecho fue el que inclinó la balanza para que ambos futbolistas se viesen obligados a jugar.
Fueron señalados y difamados en redes sociales, y mientras Ehsan Hajisafi pidió disculpas y mostro su arrepentimiento públicamente, Masoud lo consideró una humillación injusta y decidió no hacerlo.
La consecuencia a día de hoy es que el ex futbolista de Osasuna y Las Palmas le pide ahora a su seleccionador Carlos Queiroz que lo vuelva a incluir en la convocatoria, saltándose la prohibición, no oficial, del gobierno iraní de que Masoud vuelva a vestir la camiseta de Irán.
Masoud lleva trece años defendiendo a su país en competiciones internacionales en los que se ha infundado la camiseta nacional en 46 ocasiones. Además, sería el tercer mundial que disputaría.
El gobierno iraní no reconoce públicamente la prohibición, y asegurá que la decisión es futbolística. Cabe recordar, que de otro modo, la FIFA podría excluir a Irán de la cita mundialista por injerencias políticas.