La violencia no deja de salpicar al mundo del fútbol. En este caso, Grecia ha sido de nuevo el epicentro de los últimos acontecimientos. El árbitro del PAOK-AEK decidió anular un gol del conjunto local en el 90' y tuvo lugar una 'batalla' en el césped.
Eso provocó que hubiera una invasión de campo y que incluso el presidente del equipo de Salónica, Ivan Savvidis, bajara al terreno de juego a intentar pegarle al árbitro, cuando una imagen captó que el mandatario llevaba una pistola en el bolsillo.
Al final, el PAOK confirmó a través de su cuenta de Twitter que el árbitro le había concedido el gol y le había dado la victoria. Este lamentable hecho parece ser algo normal. Y es que hace dos semanas, el equipo de Salónica fue de nuevo protagonista.
En el partido ante el Olympiakos, los ultras del PAOK lanzaron objetos a jugadores y cuerpo técnico de Olympiakos. Óscar García, su entrenador, acabó siendo hospitalizado tras recibir el impacto de un rollo de papel.
La Liga Griega le dio el triunfo a los del Pireo y le quitó tres puntos a los de Salónica, pero al final el Comité de Apelaciones de la Federación Griega de Fútbol le devolvió esos tres puntos.