A ellos no les van los focos. Eso es más cosa de Paulo Dybala o Harry Kane. Incluso de Higuaín o Buffon si hace falta. Pero de su concurso dependerá que Tottenham o Juventus estén en los cuartos de final de la próxima Champions League.
Hablamos de los verdaderos líderes en la sombra de 'spurs' y 'bianconeros', un Christian Eriksen que está en el mejor momento de forma de su vida y un Miralem Pjanic que ha alcanzado la madurez futbolística en la Juventus.
El primero ya no es el jovencito que dejó el Ajax para reforzar a un Tottenham que estaba en pleno crecimiento en el verano de 2013. Llegaba a un equipo algo estancado y ofreció un rendimiento inmediato, aunque desde entonces no ha dejado de crecer.
Tras la experiencia del año pasado en Champions, en la que los ingleses se dedicaron a aprender, en esta ya han sido capaces de adelantar en la fase de grupos al actual campeón de Europa. Y lo hicieron tras aguantar en el Bernabéu y ganar claramente en Londres, en un partido en el que Eriksen volvió a estar superlativo.
El danés lleva ocho tantos y siete asistencias en 32 partidos y tendrá difícil alcanzar los 23 pases de gol que dio durante la 2016-17 y que hicieron que numerosos grandes de Europa suspiraran por su fichaje. Más allá de las estadísticas, su rendimiento está siendo mucho más regular y está teniendo más impacto en el equipo, hasta el punto de que vive, según 'ProFootballDB', el mejor momento de su carrera.
Pjanic, un crecer tranquilo
Y si Eriksen será el que lleve la manija en el centro del campo del Tottenham, Miralem Pjanic es el currante de la Juventus que hace que sean otros los que acaparen la atención. Este todavía joven centrocampista bosnio, que sorprendió al mundo del fútbol en el Olympique de Lyon e incluso ayudó con un tanto a eliminar al Real Madrid en unos octavos de final de la Champions League, ha sabido ir creciendo poco a poco, sin demasiada prisa, en esto del fútbol.
Abandonó el cuadro de Lyon a medida que los franceses dejaron de ser infalibles en la Ligue 1 y recaló en una Roma que siempre aspira a entrar en el grupo de los grandes de Italia. Cuando su carrera precía estancada, en la 2015-16, se sacó un año espectacular, con 12 tantos y 13 asistencias, y la Juventus se atrevió a darle una última oportunidad.
Tenía 26 años, pero ya la pasada campaña demostró en la Juventus que era uno de los mejores centrocampistas de Europa, especialmente en la eliminatoria ante el Barcelona. Ahora, le llega el turno de volver a mandar en la Champions, esa competición que un día le encumbró y que ante el Tottenham le volverá a ver mandar a su antojo en el subcampeón de Europa.