El pase en Mestalla, sin apenas sufrimiento, supuso la quinta clasificación consecutiva para la Copa del Rey, hilando ya 20 eliminatorias consecutivas sin quedarse apeado. El Rey de Copas por excelencia, 29 títulos, únicamente cedió un empate (en Balaídos, 1-1) y una derrota contra el Espanyol (1-0 en la ida). Ante el Sevilla buscará su cuarto torneo seguido después de haberlo levantado ante Athletic, Sevilla y Alavés.
De la Liga casi se podría escribir en términos similares. No la ha ganado, aunque queda esa sensación por tener al Real Madrid a la histórica ventaja de 19 puntos. El Atlético está a nueve y quedan aún 16 jornadas en juego. No obstante, siendo el único invicto de la competición y con las sensaciones que emite, resultará casi una utopía que los de Ernesto Valverde no se acaben proclamando campeones. 18 victorias y cuatro empates dejan bien clara su fortaleza.
De hecho, más que hablar de si se llevará la Liga o no, el gran debate parece reduciado únicamente a si conseguirá conquistarla sin haber perdido un solo encuentro.
La Champions es, no obstante, el examen más difícil que aguarda. Pese a finalizar primero en la fase de grupos, los octavos no le depararon un rival sencillo. El Chelsea no atraviesa sus mejores momentos, pero supone un adversario de empaque en una eliminatoria de 180 minutos donde los detalles cobran gran relevancia.
Hace falta ganar siete encuentros para hacerse con el título continental más preciado y el listón se irá elevando a cada eliminatoria. Sin embargo, este Barcelona parece más que preparado para medirse a cualquier rival del Viejo Continente ahora mismo. Si bien desde febrero a mayo puede haber picos de forma más bajos y que ello coincida con la Champions, por lo que en esta competición nada puede asegurar nadie, ni siquiera este omnipotente Barcelona.
Sin embargo, sí que se alza como uno de los grandes candidatos a reinar en Europa junto con el equipo que salga victorioso de la eliminatoria entre el Real Madrid y el Paris Saint Germain.
Números y juego
Así que el Barcelona opta a repetir el triplete que ya consiguió Luis Enrique hace tres temporadas. Y no sólo eso, sino a lograrlo con grandes números y buen fútbol.
Con Messi entre sus armas, siempre se puede estar en las quinielas para lo mejor. Pero, además, otros factores alimentan las esperanzas de los azulgranas. El año de Ter Stegen bajo palos está siendo espectacular, lo cual conecta con el mejor Valdés de la era Guardiola. Paulinho ha venido a dotar de mayor equilibrio al centro del campo y asociarse así con Busquets. Jordi Alba vuelve a ser ese lateral infinito, además entendendiéndose bien con Messi. Coutinho y Dembélé deben dar más frescura en la segunda vuelta...
Un panorama que pocos podían imaginar cuando en la Supercopa de España el Real Madrid pasó por encima de los catalanes y la marcha de Neymar al PSG provocó un terremoto. Gran mérito también de Ernesto Valverde, que supo templar ánimos y se ha erigido como un gran gestor de grupos.