Afortunadamente, ni el entrenador italiano ni ningún acompañante estaban dentro del coche cuando sucedió el incidente. Según relata 'The Sun', todo pasó a causa del fuerte viento que sacudía Londres.
"Vi a Steve Atkins pasar por delante del coche de Conte y justo después, un inmenso rectángulo de cristal cayó sobre el vehículo a gran velocidad, impactando y rompiéndose en mil pedazos. Steve quedó asustado y el automóvil, con un enorme agujero", relató un empleado del club para 'The Sun'.
Además, el propio Conte habló sobre lo sucedido: "Fue un accidente increíble. Steve tuvo suerte porque su coche estaba al lado del mío. Estaba comiendo cuando pasó todo. Cayó un gran cristal sobre el coche, pero nadie resultó herido".