Roy Hodgson lo tiene cada vez más claro. La única forma de garantizar la llegada de un delantero de alto nivel al Crystal Palace es con la venta de Townsend.
El ariete inglés llegó en 2016 al cuadro de la Premier por 15,60 millones de euros y ahora el club pretende amortizar la inversión. Un movimiento motivado por sus pobres resultados esta temporada. Y es que, a pesar de haber sido titular en todos los encuentros, ha sido incapaz de estrenar su casillero de goles.
Ante esta situación, la solución de Hodgson pasa por abrirle las puertas de salida y buscar un sustituto que consiga romper la mala racha de los suyos. De momento, el delantero ya cuenta con pretendientes como el Leicester.