Arropado por un Son Moix que quiere volver a sentirse importante y a recuperar su grandeza, el Mallorca saltó al terreno de juego con decisión y hambre, hambre que pudieron empezar a saciar en el minuto dos con un gol de Lago Junior a centro de Sastre.
El inicio fulgurante y acertado les puso de cara el partido a los 'bermellones', que no bajaron el pie del acelerador e hicieron brecha en el marcador poco después del minuto 20 gracias a un cabezazo potentísimo de Raíllo a la salida de un córner.
El Mirandés se marchó al descanso con un marcador que pesaba demasiado y con la sensación de no poder hacer nada. La falta de puntería y claridad a la hora de sacar el balón jugado le había condenado, pero pudo levantar la cabeza en la segunda mitad.
Fue entonces cuando los visitantes afinaron su puntería y empezaron a mostrarse más acertados a la hora de elegir pases. Tanto fue así que incluso llegaron a dominar a un Mallorca que dio un paso atrás para no arriesgar el favorable marcador.
Pero, además de haber tenido la capacidad de adelantarse temprano, al Mallorca no le faltó la suerte, ya que cuando más estaba sufriendo logró el 3-0 por obra de Aridai. El tercer gol fue un mazazo para el Mirandés, pero siguieron buscando un tanto que les metiera en el partido y, con consistencia, lo encontró gracias a un remate de Camacho tras una gran maniobra de Cervero.
Al gol sólo le precedieron 15 minutos que dejaron los últimos intentos visitantes para conseguir un 3-2 que hubiera cambiado mucho la película, pero el 3-1 acabó reinando en el marcador tras el pitido final. El Mallorca empieza a oler a segunda... pero todavía tiene 90 minutos por delante.