Según publicó 'Marca', la plantilla blanca, herida en su orgullo, celebró con rabia el 3-1, repitiendo como un mantra una frase contudente: "Venían a un entierro y se encontraron con un bautizo".
Eliminados de la Copa del Rey por el Leganés y a 17 puntos del Barcelona en LaLiga, el Real Madrid había perdido los laureles con los que empezó el curso en agosto, deslumbrando tanto en la Supercopa de España como de Europa.
Sin embargo, el conjunto blanco firmó un nuevo capítulo de su idilio con la Champions, exhibiendo su pundonor para vencer al que todos daban como aspirante al título, con Neymar, Mbappé y Cavani vestidos de 'cocos' europeos.
"Nunca se puede dar por muerto al Madrid", espetó exhausto Sergio Ramos, nada más acabar el partido en el Santiago Bernabéu, rezumando toda la rabia contenida por todas las críticas que han caído sobre su equipo en los últimos meses.
Aunque todavía tienen que certificar el billete para cuartos de final de la Champions League en el Parque de los Príncipes, el vestuario del Real Madrid envió un mensaje a navegantes: "El PSG venía a un entierro y se encontró con un bautizo".