La marcha de Luis Figo al Barcelona provocó un cisma tremendo en el Barcelona. Gaspart, por entonces presidente, tomó los 10.000 millones de las antiguas pesetas que abonó el Madrid y llevó al Camp Nou a algunos jugadores contrastados, pero que nunca llegaron a destacar como prometían.
Uno de ellos fue Emmanuel Petit, que dos años antes había sido capital para que Francia se alzara con el Mundial. En el Arsenal lo fue todo y con esa gran carta de presentación aterrizó en el fútbol español. Sin embargo, las cosas no le fueron bien al francés, que ha repasado parte de aquella etapa en sus memorias.
"Barcelona, para mi desgracia", es el significativo título que el ex futbolista le ha dado a uno de sus capítulos. Hay que recordar que Petit sólo disputó una temporada en el Barcelona, jugando 38 partidos y anotando un único gol.
"Lo único de lo que me arrepiento en mi vida ha sido de haber cambiado el Arsenal por el Barcelona", resumió Petit, haciendo hincapié en que ni Serra Ferrer, en aquella época entrenador azulgrana, conocía cuál era su posición.
El gran palo de Petit, no obstante, fue para los entresijos del vestuario. "Estaba podrido por los clanes. Cuando entré a conocer a mis compañeros, la mayoría no me prestó atención ni me saludó. En poco tiempo vi que había tres clanes: los catalanes, los holandeses y los demás. Adiós a la unidad", sentenció.