Lo más sorprendente del fallecimiento del italiano ha sido que se trataba de un deportista profesional, sometido a continuos controles de salud, aunque nunca fue diagnosticado de una dolencia cardíaca como la que le provocó la muerte.
El diagnóstico definitivo sobre la causa que provocó el fallecimiento de Astori ha sido "base bradiarrítmica con marcada congestión polivesceral y edema pulmonar", que derivó en paro cardíaco.
La bradicardia no es patológica, según varios expertos, ya que se da cuando el número de latidos por minuto está por debajo de 60, o lo que es lo mismo, lo contrario a la taquicardia, por encima de 80 latidos por minuto.
Por el contrario, la arritmia es el déficit eléctrico del ritmo normal del corazón y, a diferencia del concepto anterior, sí es patológico. La unión de la bradicardia y una arritmia provoca la bradiarritmia.
Son muy usuales los controles, a través de electrocardiogramas, ergometría y otras pruebas, en los futbolistas. Sin embargo, sólo en casos muy específicos y claros se puede determinar una bradiarritmia de base.
Es de suponer que, al igual que el resto de integrantes de la plantilla de la Fiorentina, Astori fue sometido a dichas pruebas y no le fue detectado ningún tipo de problema. Por eso su muerte ha sido catalogada como muerte súbita.
A pesar de los avances en medicina preventiva y de los continuos y exhaustivos controles a los que son sometidos los deportistas, desgraciadamente, se siguen produciendo casos como el de Astori que la medicina aún no puede explicar con claridad.