El Málaga necesita un milagro. Y ese es el nexo del nuevo entrenador blanquiazul con el director deportivo. Ese recuerdo permanecía imborrable en la mente de Husillos, que por ello le ha dado toda la confianza en esta segunda vuelta. Del 89 al 91 vistieron de amarillo y allí protagonizaron un par de capítulos memorables de la historia del Cádiz. En la campaña 89-90 cuatro victorias finales seguidas, cuando parecía abocado al descenso, devolvieron al Cádiz a la vida. Y al año siguiente llegó esa agónica promoción contra el Málaga con una interminable tanda de penaltis de infausto recuerdo para los blanquiazules.
Pero no queda ahí su historial de redenciones. Puede presumir de otra permanencia inesperada ya como entrenador, hace dos cursos, cuando lideró una remontada del Granada en la que muy pocos confiaban.
Por entonces, se empezó a hacer famosa su botella de agua. Las imágenes de José González en el área técnica con ella en la mano se convirtieron en algo tan icónico como los chicles de Caparrós o las gesticulaciones continuas de Diego Simeone. Al Málaga también llegará con ella. Y la traerá medio llena, convencido de opositar a lo que para muchos es un imposible y que él ha tenido que afrontar como rutina durante varias etapas de su carrera. Con él aquí, es la hora del optimismo.
Jose Gonzalez, alias Pepe Botella, definicion grafica: pic.twitter.com/SVzBjpy6
— Victor Mantaras (@Victor_Mantaras) 3 de junio de 2012