Entre una gran cita futbolística y otra han pasado 6 años, pero para los ucranianos bien podría parecer que hubieran pasado 60. Porque entre una y otra fecha ocurrió algo que cambió para siempre la historia del país.
Ucrania renació como país independiente tras la disolución de la Unión Soviética, a principios de los años 90'. Por su ubicación privilegiada (el 'granero de Rusia' siempre fue un gran centro comercial con el Mediterráneo), Ucrania se encontró encajada entre dos poderes, la Unión Europea y Rusia.
Mantuvo su neutralidad una década, pero el Siglo XXI sólo trajo inestabilidad a Ucrania. Por un lado estaban los que querían estrechar lazos con Rusia, tradicional aliado de Ucrania; enfrente, los que abogaban por acercarse a la Unión Europea.
Una década de inestabilidad política y bandazos hacia uno y otro bando terminaron sumiendo al país en el caos. La Eurocopa de 2012, organizada entre Polonia y Ucrania, fue una especie de 'alto el fuego' en el país ex soviético.
Terminada la cita con la celebración de la gran final en Kiev, los problemas no tardaron en volver. En noviembre de 2013 el conflicto alcanzó un punto de no retorno con las protestas del 'Euromaidán'.
Ucrania se rompió, casi literalmente, en dos. Por un lado, los partidarios de Europa y la OTAN. Por el otro, los de Rusia. La guerra civil era inminente, y resultó inevitable tras el derrocamiento del presidente Yanukovich y la intervención rusa.
El fervor del 'Euromaidán' pronto fue usurpado por la extrema derecha, y el movimiento quedó en entredicho. Rusia, por su parte, no se quedó cruzada de brazos, y trató de minimizar pérdidas en cuanto tuvo ocasión, invadiendo la península de Crimea y favoreciendo la insurrección en el este del país.
La guerra no llegó a Kiev como tal, pero las protestas y disturbios derivados del 'Euromaidán' dejaron cicatrices en la gran ciudad ucraniana.
En lo deportivo, la consecuencia más visible la encontramos lejos de Kiev. El Shakhtar, por la Guerra Civil, se vio obligado a dejar de jugar en Donetsk para poder seguir disputando la Liga Ucraniana, ya que la localidad minera es una de las principales ciudades de la zona prorrusa.
Ucrania, junto a Polonia, fue designada por la UEFA como sede de la Eurocopa 2012 en 2007, cuando los problemas que amenazaban con partir en dos al país empezaban a esbozarse.
La Eurocopa trajo la paz social por un tiempo, y la final de la Champions tendrá un efecto similar, pero a una escala menor. Dicen que el fútbol es el nuevo opio del pueblo, y una vez más el deporte rey servirá para olvidar los problemas por un tiempo en Ucrania.