Marquinhos y el joven Kimpembe fueron los mejores jugadores del conjunto francés en el partido del pasado domingo ante el Nantes, que acabó con victoria de los de Emery (0-1) con un gol de Di María.
Ranieri quizá esperaba sorprender a los dos jóvenes centralesm pero Kimpembe (22) demostró con su lectura de juego y su compostura que puede tener futuro en el PSG.
Su caso es muy diferente del de Rabiot, del que se esperaban ya grandes cosas desde bien pronto. Él no era señalado como un futuro crack, pero a base de trabajo ha ido creciendo. Originalmente su posición estaba en el lateral izquierdo.
Blanc fue quien le dio su primera oportunidad durante el curso 2015-16, cuando tenía 16 años y con el PSG con una gran ventaja en la Ligue 1. En ese entonces, Marquinhos estaba entre algodones y Thiago Silva, lesionado.
Kimpembe dejó una impresión tan buena que el equipo francés no tuvo problemas en vender a David Luiz al Chelsea para quedarse con él como tercera alternativa en el eje de la zaga.
El joven considera que las críticas son combustible para él. Es lo que declaró tras el partido de ida de octavos de Champions ante el Barcelona, la pasada temporada. Su trabajo fue marcar a Leo Messi, difícil tarea que cumplió perfectamente. Fue el mejor partido de su carrera y su debut en la competición.
En la vuelta, en la espectacular remontada de los 'culés' al PSG por 6-1, Kimpembe ya estaba en el banquillo de vuelta, pero desde la ida su reputación creció rápidamente, aunque no ha debutado en la absoluta.