Cesc Fàbregas intentó sacar rápido una falta. El árbitro inválido la acción y Leo Messi, justo al lado del árbitro en ese momento, le pidió al turco la amarilla para el que fuera su compañero en el Barça.
Pero viendo el escaso éxito de su propuesta, Messi se echó a reír. El argentino no pudo evitar esbozar una sonrisa mientras desistía de su protesta al colegiado.
Segundos después, los dos amigos compartieron dentro del área algunas risas en mitad del partido. Y es que es sabido que la amistad entre Messi y Fàbregas se fraguó desde que ambos compartieron vestuario hace ya años en La Masia.