La Copa del Rey es el único torneo copero de las grandes ligas donde la sede no está elegida antes de empezar el campeonato. Es más, en Inglaterra, Alemania, Francia e Italia las finales se juegan siempre en los mismos estadios: Wembley, Olímpico de Berlín, Stade de France y Olímpico de Roma, respectivamente.
Nada que ver con la Copa del Rey. A falta de menos de dos meses para que tenga lugar la cita, el 21 de abril, y con los dos finalistas ya clasificados, todavía no se conocen dónde tendrá lugar el partido. Y, como viene siendo habitual estos últimos años, el debate ya está encima de la mesa.
Las aficiones del Barcelona y del Sevilla son capaces de llenar cualquier estadio. Por ello, el cupo queda reducido a los recintos que pueden albergar un mayor número de espectadores. Encima de la mesa están los de siempre: Santiago Bernabéu, Camp Nou, Wanda Metropolitano, Benito Villamarín, Sánchez Pizjuán, Mestalla y La Cartuja.
Si bien, hay un claro favorito: el recién estrenado Wanda Metropolitano. La casa atlética cuenta con muchas papeletas de albergar la final debido a los 'problemas' del resto de opciones. Supondría la más fácil elección de entre las posibles candidatas, capaz de albergar hasta 68.000 espectadores.
Pepe Castro, presidente del Sevilla, descartó la opción de jugar en el Villamarín y ofreció el Sánchez Pizjuán. El Barça ya ha jugado una de sus últimas cuatro finales en el Camp Nou, pero parece difícil que vuelva a repetir. Por último, el Bernabéu siempre está ahí, pero la última palabra la tendrá el Real Madrid.
Mestalla se presenta así como la otra gran alternativa para acoger la final. Pero, como viene siendo habitual con la Copa, la polémica de la sede regresa un año más. La misma historia de siempre.