Valverde ha usado principalmente el 4-2-3-1 en su carrera y, poco a poco, ha ido moviendo piezas para encontrar un equilibrio a la nueva situación, tras la salida de Neymar, con sus nuevos jugadores.
Sin el brasileño, con Messi ocupando más espacio, el entrenador ha encontrado la solución especialmente para los partidos de los 'culés' como visitantes: jugar con cuatro centrocampistas.
Con este sistema más clásico, con sólo dos delanteros y cuatro jugadores en la medular, Valverde gana en control de juego. Las continuas lesiones de Dembélé, que se perderá otros nueve partidos y por ahora le cuesta al Barça medio millón por minuto, también habría potenciado esta idea del técnico.
De todas formas, Valverde podría conservar este esquema aún cuando vuelva el francés. Ante la Real Sociedad, Paulinho ocupó el mismo lado, pero el equipo ganó en profundidad.
El entrenador tendrá que decidir, cuando Dembélé esté recuperado y cuando Coutinho se incorpore, si vuelve al 4-3-3 o sigue con el 4-2-2.