1) Talento
Sin duda, Iniesta fue un jugador mágico desde el primer momento. El famoso torneo de Brunete descubrió a un niño que ya hacía algunos de los movimientos que hasta el pasado domingo lució en azulgrana.
Sus croquetas, sus regates sobre una baldosa, su 'te la enseño, te la oculto', sus pases de cuchara... El catálogo de Andrés siempre fue muy variado, pero también bastante original.
2) Humildad
Más allá de por meter el gol de Sudáfrica, el de Fuentealbilla siempre conectó con todas las gradas de España. Regateaba, pero sin humillar. Sus declaraciones nunca se salieron del tiesto. Un ejemplo de compañero y rival.
3) Colectivo
Sin balones de oro ni grandes premios individuales, Iniesta siempre canalizó toda su calidad en ayudar a su equipo a ganar. El claro ejemplo: siempre prefirió explotar el último pase al disparo, pese a que también dominaba esa suerte. De hecho, se suele comentar en tono jocoso que sus tiros a puerta son pases a la red.
4) Deportividad
Sin expulsiones en su carrera, algo meritorio habiendo tenido una carrera de 14 años en la élite, es raro encontrar un mal gesto o una mala patada en su trayectoria. Los árbitros siempre han hablado maravillas de él.
5) Oportunismo
La capacidad y la magia del manchego siempre han estado fuera de toda duda. Pero las historias individuales toman más impulso cuando aparecen en las grandes fotos. Y en su álbum, el gol en la final que dio el primer Mundial a España y el 'Iniestazo' de Stamford Bridge componen dos momentos inigualables.
6) Respetado
No existe un solo periodista con el que haya tenido un roce o desencuentro con él. Nunca se escondió ante un micrófono ni salió por la zona mixta para esquivar preguntas incómodas. Y, en las derrotas o momentos complicados, siempre dio la cara.
7) Comprometido
En todo momento llevó su pueblo, Fuentealbilla, a gala. Sus bodegas contribuyeron a enriquecer la ciudad. Y solo él hace que la rivalidad Barça-Espanyol desaparezca. Llevar la camiseta de homenaje a Jarque y mostrarla al marcar el gol del Mundial se convirtió en un símbolo que los 'pericos' respetarán y aplaudirán de por vida.
8) Infinito
Su dorsal tumbado, el que se ha convertido en símbolo de su despedida, define bien lo que supondrá siempre en la historia del Barça y del fútbol español. Iniesta es un jugador irrepetible, por eso duele tanto su adiós. Aunque aún disfrutar de él en el Mundial, siempre habrá un antes y un después de su fútbol.