El 'Txingurri' es el entrenador del momento. La última derrota de Guardiola le dejan como el único banquillo inmaculado de los grandes europeos. No ha sido fácil llegar hasta aquí, aunque el extremeño ha puesto bastante de su parte para acaparar elogios. Estos son sus principales méritos dirigiendo al Barcelona.
1- No a la rotación
El entrenador azulgrana presenta una gran diferencia con su predecesor, Luis Enrique, quien era fiel defensor de la dosificación y reparto de minutos para llegar al tramo de final en plena forma. Se evidenciaba especialmente tras los partidos internacionales, dando descanso a jugadores importantes, sobre todo los que venían de viajes transoceánicos más allá de Messi. Con esa política, el asturiano se dejó puntos 'fáciles' ante Alavés (1-2) o Málaga (0-0), por ejemplo.
Sin embargo, el 'Txingurri' aplicó el mejor antibiótico posible para combatir el virus FIFA: jugar con los mejores. Victorias contra Espanyol (5-0) y Leganés (0-3) o el empate arrancado en campo del Atlético son claro ejemplo del buen resultado que esa política le está dando por ahora.
Eso no significa que no haya dosificado minutos, sino que ha preferido encontrar otros momentos para hacerlo. Así ha conseguido recuperar al mejor Iniesta, que, en mejor físico, pese a su actual lesión, ha recuperado brillo. Es más, cuando el Barça ha estado clasificado para la siguiente ronda de Champions o ha encontrado buena distancia liguera, entonces es cuando ha dosificado a sus mejores futbolistas.
Igualmente, está sabiendo dar a los jugadores del filial su hueco y su momento, tanto en entrenamientos como en partidos.
2- Más músculo
El inquilino del banquillo azulgrana debe ganar y convencer. El estilo es sagrado allí. A sabiendas de ello, a Valverde no le ha importado sacrificar el 1-4-3-3 marca de la casa por un 1-4-4-2 más férreo y solvente. Más población en la medular a costa de perder un delantero, pero no por ello más gol. Es más, la continuidad de Paulinho y Rakitic ha construido un Barça mucho más sólido.
En la primera parte de la competición no enamoró desde el juego, sino desde la firmeza y las victorias. Y aunque se llevó críticas por ello, poco a poco el entorno de aficionados y mediático ha ido dándole la razón por su mérito construyendo un Barcelona competitivo.
Pero lo cierto es que el Barça maneja guarismos históricos en defensa, con solo nueve goles encajados en la primera vuelta. Merced a su mejor disposición táctica y a un Ter Stegen soberbio.
Por si fuera poco, en las últimas semanas el equipo se está soltando a jugar más, así que todo cuadra para el 'Txingurri'.
3- Hambre y naturalidad
Mucho se habló sobre el perfil del relevo para Luis Enrique. Valverde andaba en muchas quinielas pero había quien se preguntaba si lo haría bien en un escenario tan grande. Pero las ganas de hacer cosas importantes han solventado cualquier duda. Traía méritos del Olympiacos y del Athletic, pero ahora sabe que puede acceder a títulos antes impensables.
Y esa ambición no está reñida con mostrar una cara amable. Valverde se muestra como es en cualquier aparición pública y lidia preguntas complicadas con tranquilidad. Un perfil bastante opuesto al hosco de Luis Enrique, siempre a la defensiva. En sus ruedas de prensa hay más sonrisas y, antes que mentir, prefiere decir "no lo sé" o contar que no puede responder esa cuestión.
Ni el alud de críticas y pesimismo tras cómo se perdió la Supercopa contra el Real Madrid le hizo perder la compostura. Y ello ha derivado también en más respeto por parte del vestuario.
4- Tener contento a Messi
Esta es condición 'sine qua non' para cualquier entrenador del Barcelona que quiera tener éxito. Pero, ¿cómo hacerlo? Seguramente, Valverde no quiera airear la receta, aunque su mayor mérito está siendo afrontar la relación con naturalidad. Sabe que Messi es el símbolo intocable del barcelonismo y que desde su felicidad se construyen los éxitos.
Le da libertad en el campo, el juego de posiciones con Luis Suárez le favorece, deja que el argentino se administre y, cuando no hay nada en juego, le hace entender que no se le puede arriesgar a una lesión tonta. Parece fácil, pero otros ya murieron en ese intento.
Es más, ni la tensa situación acerca de su renovación demorada ha inquietado lo más mínimo al técnico azulgrana, que siempre usó expresiones de calma y confianza en un final feliz cuando se le preguntó por ello. La marcha de Neymar podría haber sido un golpe demoledor, pero la sonrisa de Leo sigue siendo una tónica sobre el terreno de juego, así que todo está bajo control.