Es una obviedad, pero al mismo tiempo certeza: Argentina y Portugal deben dotar a Messi y Cristiano de un ecosistema válido para que ambos desarrollen sus capacidades. Tarea de Jorge Sampaoli y Fernando Santos.
Portugal tiene más trabajo hecho. Se trata de un colectivo experimentado que, además, ya sabe lo que es ganar. Los lusos ganaron la última Eurocopa. El enésimo proyecto de la 'Albiceleste' no pasa de embrión.
Los últimos compromisos internacionales confimaron que Messi y Cristiano, no obstante, contarán con escuderos en su futura misión. Sin Leo, el conjunto sudamericano tumbó a Italia y puso en el foco a varios futbolistas.
Uno de ellos fue Ever Banega, autor de un gol y quien se debe erigir como el cerebro de Argentina. El atrevimiento de Manu Lanzini, quien firmó el 2-0 en Wembley, es un baza más a tener en cuenta. Lo mismo que la omnipresencia de Ángel Di María. Otamendi, Caballero... Sin brillar, y sin Messi, Argentina dio el nivel.
En Portugal, Cristiano Ronaldo irrumpió en los minutos finales para remontar el marcador ante Egipto. Marcó Salah, pero el delantero madridista se puso la capa en el 92 y el 94': dos goles en el añadido y victoria para 'las quinas'.
Claro que Cristiano contó para ello con la colaboración de Ricardo Quaresma, su gran socio en Portugal: de las botas del jugador del Besiktas salieron las dos asistencias que acabaron en gol de CR7.
Portugal mezcló veteranía con juventud en su alineación ante el combinado egipcio. Bernardo Silva, Guerreiro, André Silva o Joao Mario conviven con la vieja guardia integrada por Bruno Alves, Moutinho o Beto. Lo que hay detrás de Messi y Cristiano no es poco.