No hace mucho tiempo, el Sevilla dominaba con puño de hierro en los derbis sevillanos. Los del Sánchez Pizjuán paseaban por Europa y los verdiblancos vivían en una constante inquietud, lejos de las plazas europeas y con la eterna sombra del descenso, que incluso les salpicó hace no mucho tiempo para quedar enterrada totalmente en los últimos años.
Esta 2017-18 no ha invertido los papeles, pero sí ha devuelto al Betis, histórico de la Liga, al lugar en el que merece estar. El derbi del Villamarín escenificó el dominio de los de Setién en la presente temporada, pero también confirmó la resurrección de un Sevilla que ha sido otro con Joaquín Caparrós y que acabará estando en la Europa League, su competición fetiche, en la campaña 2018-19.
Las ganas del Betis pronto pusieron a los locales en ventaja. Los verdiblancos se comieron a un Sevilla demasiado defensivo y miedoso y en el quinto minuto ya estaban en ventaja después de una acción a balón parado botada por Joaquín y peinada a la red por Bartra.
El 1-0 no sació a los locales, que tuvieron al Sevilla a merced en el primer cuarto de hora de partido. Los sevillistas vivían pertrechados en área propia, pero tampoco el Betis tuvo grandes ocasiones, lo que permitió ir creciendo a los de Caparrós después de los primeros compases.
El técnico visitante supo ver que el esquema elegido era demasiado defensivo y varió el planteamiento, ayudado por la lesión de Mercado en los últimos estertores de la primera mitad. El técnico sevillano apostó por Ben Yedder y el francotunecino sería decisivo tras el descanso, siendo partícipe de los dos tantos visitantes.
El Sevilla merece más
Tras el reajuste del vestuario, Boudebouz (por Guardado) y Layún (para equilibrar un poco el esquema, por Sarabia) se unieron a la fiesta y el derbi siguió manteniendo la intensidad que siempre tiene el choque entre estos dos colosos, aunque el temido cansancio pronto hizo acto de presencia, golpeando sobre todo a los locales.
Nolito la tuvo al contragolpe y el Sevilla avisaba cada vez con más peligro gracias a Sandro y Ben Yedder, mientras el Betis se valía del marcador favorable y no pisaba área de David Soria con tanta frecuencia.
Después de un intento de chilena de Sandro que blocó bien Pedro, el Sevilla acabaría por traducir su dominio en el empate. Llegó en una acción rocambolesca en la que Ben Yedder se resbaló, puso como pudo un pase atrás que rebotó en Mandi y quedó muerto. El ariete se levantó y, con la puntera, se anticipó a Bartra para dejar helada a la parroquia bética.
No iba a ser el único disgusto de los verdiblancos, que verían cómo el Sevilla obraba la remontada en una nueva acción destacada de Ben Yedder. El ariete prolongó de tacón un córner que se quedó algo corto y Kjaer, imperial, remató sin oposición el 1-2 a la red.
Pero Betis y Sevilla no ganan para disgustos esta campaña atrás y una acción a priori inofensiva acabó desembocando en el 2-2 definitivo. Centró Barragán, despejó mal David Soria y remachó a placer a la red desde el suelo Loren.
Quedaban diez minutos por delante, pero se pasaron rápido por la voluntad de firmar el empate del Sevilla, claramente favorecido por la victoria del Atlético ante el Getafe en el Coliseum. El Betis, que se aseguraba quedar por encima del eterno rival en Liga y cerraba la temporada sin perder ningún derbi, también dio el visto bueno y el 2-2 fue el epílogo a la montaña rusa de emociones que ha sido la Liga para ambos equipos. En unos meses, además de en España, ambos se citarán en busca de la gloria en Europa.