Cristiano marcó el 2-1, con la pantorrilla, cabalgó por la línea de fondo y realizó su clásica celebración. Hasta ahi, todo normal. Todo en orden. Pero tras recibir la felicitación de sus compañeros, algo cambió.
Se volvió a girar hacia la grada e hizo un par de gestos con sus manos. El primero, señalarse con el índice derecho el ojo, un gesto habitualmente interpretado como una llamada de atención, como diciendo "mira, atiende".
A continuació se frotó el índice con el pulgar, un gesto habitualmente interpretado como 'dinero', tras lo que se quedó mirando, como desafiando a la grada.
Sus compañeros ya se marchaban a campo propio, y él hizo lo mismo, pero justo cuando arrancó, repitió. Volvió a frotarse los dedos e hizo un gesto como de un balón, para a continuación volver a hacer el gesto del dinero.
Las explicaciones de los aficionados ocupan un amplio espectro de posibilidades. Hay desde el que cree que realmente tenía que ver con el dinero y los goles, quizá por su renovación, a quien habla de que el gesto de frotarse los dedos no era referido al vil metal, sino que era el gesto de oler, refiriéndose a su olfato goleador.
Nadie tiene una explicación racional a qué quiso decir el luso con estos gestos, y sólo él sabe por qué lo hizo y a quién iban dirigidos.