Convaleciente de su operación de fractura en el quinto metatarsiano, Neymar tiene en vilo al PSG y, por ende, al fútbol mundial, alimentando cada día los rumores sobre una posible salida rumbo al Santiago Bernabéu.
En Brasil, siguen filtrándose el malestar del delantero a través de su entorno, donde describen el desencanto del '10' con contundencia: "Lleva cinco meses que parecen cinco años".
Abandonó el Barcelona provocando un cataclismo en el mercado, los 222 millones de euros dispararon los demás precios de los traspasos, condicionando todas las operaciones posteriores.
Sin embargo, pese a la fortísima apuesta del conjunto francés, Neymar está deprimido en París y está intentando forzar una salida lo antes posible, siendo el Real Madrid el 'salvavidas' preferido.
'UOL Esporte' subrayó este jueves los motivos por los que el brasileño quiere abandonar el PSG, destacando la violencia con la que le frenan los rivales ante la pasividad arbitral y el mal estado de los terrenos de juego.
Aunque en Francia ya le han tildado de provocador, Neymar no se mordió la lengua y arremetió contra sus críticos: "Ellos dan golpes y yo juego al fútbol. Provocan, pero yo también sé provocar a mi manera, con el balón. Yo no estoy acostumbrado a dar patadas, no sé cómo hacerlo. Yo me defiendo con el balón. Sé que ellos van a decir que yo puedo ser buen jugador, pero que provoco demasiado. Sé que ellos van a decir eso, pero deberían ver lo que hacen ellos".
En la Ligue 1, el brasileño sufre 5,2 faltas por partido (104 en 20 encuentros), mientras que en LaLiga su promedio era de 3,5 por partido, 431 en los 123 choques que lució la camiseta del Barcelona.
Asimismo, el '10' de la 'Canarinha' denuncia la permisividad del colectivo arbitral, recordando aquella expulsión frente al Olympique de Marsella por reclamar una decisión que consideraba injusta.
Más allá de la violencia, Neymar extraña los terrenos de juego del fútbol español, lamentando el estado de la mayoría de los campos de Francia, donde se encuentra con agujeros que ponen en riesgo a los jugadores.
Tampoco le agrada que la mayoría de los viajes el PSG los haga en autobús, aprovechando la cercanía de los desplazamientos, así como detesta que tengan que ir concentrados el día antes de los partidos, añorando la política que seguía en el Barcelona.