Al parecer, han coincidido varios factores que han terminado por dividir el vestuario parisino. Por un lado, el retraso del regreso de las vacaciones por parte de Cavani y Pastore no ha sentado nada bien a Unai Emery.
El técnico vasco, además, tampoco ayudó demasiado a la serenidad en rueda de prensa al hablar de un intento de desestabilizar desde España de cara a esa eliminatoria de octavos.
A pesar de ello, Emery cuenta con el apoyo de Antero Henrique, cabeza visible de la parcela deportiva en el Parque de los Príncipes. Este aseguró que secundará las decisiones tomadas y por tomar contra ambos futbolistas.
Thiago Silva, capitán del equipo, arremetió contra sus dos compañeros e incluso algunos rumores decían que el argentino podría abandonar la entidad. De hecho, tuvo que desmentirlos el propio Pastore el pasado jueves.
¿Problemas en el paraíso?
Para muchos, unir a tanto 'crack' en un vestuario se corresponde al ejemplo de los gallos y los corrales. Más de un gallo por cada corral trae riesgos que el PSG, pese a llevar poco tiempo con su tridente de lujo, ya conoce.
Aún resta un mes para que la Champions vuelva, por lo que tienen tiempo en París para hacer volver las aguas a su cauce y seguir empleando todo el esfuerzo y atención únicamente en lo deportivo.
"Asuntos internos como las pequeñas cosas que sucedieron en las vacaciones son el 10 por ciento de lo que pasa en el equipo. Vamos a reencontrar la normalidad. El grupo está bien, muy centrado en los partidos que vienen y en el duelo ante el Real Madrid", fue el mensaje de Emery.