'La palmera que se dobla pero aguanta el huracán' empezó a rapear en el 1993, con 13 años, cuando la cultura del hip-hop en España era tan sólo un germen de lo que es ahora. Montaba escenarios improvisados en el patio de su colegio durante los recreos y empezó a darse a conocer desde muy joven en La Jota, el barrio en el que creció.
Con 13 años lanzó 'Rompecabezas', su primera maqueta, grabada en cassette y con dos más publicó 'Dos Rombos', otra cinta que se paseó mano a mano por sus coetáneos en Zaragoza. Pero no sólo apuntaba maneras en los altavoces de las 'jams' de La Jota, también lo hacía vistiendo la camiseta del Real Zaragoza.
Con el mismo descaro que empuñaba un micrófono delante de raperos mucho más mayores que él, Javier Ibarra comenzó a hacerse un nombre en el fútbol base zaragozano. "Jugaba en el equipo de mi ciudad, en el que iba a ver cuando era pequeño. Llegué a estar en la categoría de cadete, decían que tenía futuro", reveló en una entrevista publicada el 6 de octubre de 2016 por 'Alretpet'.
Su desempeño fue tal sobre el campo que incluso el Barça, uno de los grandes equipos españoles del momento, se fijó en él: "Vinieron a verme del Barcelona, pero lo dejé. El ambiente no era bueno. Un chico como yo no encajaba ahí, yo venía del equipo del barrio, de jugar con amigos, y allí me econtré mucha competitividad y antipatía. Me aburrí en menos de dos semanas, así que les devolví la ropa de Adidas y les dije que me volvía al barrio".
Ahí terminó la etapa de Javier Ibarra y se le abrió la puerta a Kase.O. Aunque ahora todo es incertidumbre sobre el qué hubiera pasado ("No sé si hubiera llegado a Primera, pero elegí la música y no me arrepiento"), queda claro que todo lo que ha podido perder el fútbol por no verle sobre el campo, lo ganó la cultura del hip-hop.
De la mano con 'Lírico' y 'Sho Hai', también zaragozanos, creó 'Violadores del Verso', considerado por la crítica como el grupo referente del rap español y uno de los más influyentes de la historia en la música urbana de habla hispana. Su último trabajo, 'Vivir para contarlo' (2006), llegó a ser Disco de Oro, vendiendo más de 50.000 copias, pese a haber sido colgado en Internet como contenido gratuito.
Actualmente vive la música en solitario tras el lanzamiento de su disco 'El Círculo', con el que consiguió otro Disco de Oro y fue nominado al Grammy Latino. En 'Vivir para contarlo', una de sus canciones más míticas, dice que no sabe vivir, que está "improvisando". Improvisando desde que cambió el fútbol por la música para llevar 25 años "repartiendo arte".