No es una utopía si alguien afirma que el Málaga tiene casi los dos pies en Segunda División. Sus números así lo aseguran: 13 puntos en 28 partidos jugados, desgranados en tres victorias, cuatro empates y 21 derrotas. Casi nada.
En las oficinas de Martiricos escasea la fe en el milagro. Prefieren centrarse en el carácter mundano del próximo año en la categoría de plata y ya buscan jugadores que se unan al proyecto del regreso a Primera.
Para ello, las raíces y la sangre blanquiazul deben ser claves. Nombres y no figuras que destaquen por el trabajo y por los sentimientos a un escudo y a su tierra. Con estos requisitos, el filtro de búsqueda se reduce y ahí aparecen una serie de elegidos.
Jesús Gámez y Alexis podrían comandar la defensa el próximo año a precio de saldo al terminar su contrato con el Newcastle y Alavés, respectivamente. A ellos se suman algunos cedidos en Segunda División como Luis Muñoz u Ontiveros, sobre todo este último con un protagonismo ascendente en cada encuentro con el Valladolid.
El mercado ofrece otros nombres no tan ilusionantes como en la etapa de Champions, pero se debe empezar por la base para alcanzar la cúspide de nuevo. Escassi, José Pozo, Raúl Baena, Kiko Olivas, Jona Mejía, Edu Ramos o Dani Pacheco cumplen las premisas de las nuevas y futuras aspiraciones malaguistas, que desembocan todas en un nuevo ascenso bajo la capitanía de Recio.